SALVEMOS A NUESTRO BARCO ...
Pienso que no es ajeno a cualquier peruano opinar sobre la coyuntura política de nuestro país, y lo cierto, es que referirse a lo que acontece en las altas esferas de gobierno es aberrante. Nuestros gobernantes piensan (no son todos, pero si la gran mayoría) que su función se avoca a la polémica, a levantar protagonismo con infundios, con dimes y diretes; ¡ya basta! de tanta incuria y mediocridad del gobierno en turno. Por lo pronto el primer mandatario pide la remoción del Premierato Merino (a esta altura teniendo sustituto), y de esta manera, según él, salir de tantos deslices y tomar el norte que le permita sacar a flote a nuestro país. La medida, a título personal, me parece que no se ajusta al contexto (con esto no quiero hacer una apología a Merino Lucero); quien realmente deberían de abandonar sus cargos es el grupete de asesores y amigotes del Presidente, que se encuentran enquistados como si fuesen unos ácaros, y no nos dejemos engañar del tan conocido cuento de que el fujimontesinismo está en el poder, más bien acuñemos un término más acorde, que les parece si hablamos de un popitoledismo, éste que se encuentra dentro de la mafia cuyos efectos se ven reflejados en el poder, ahh como les quedó el ojo a los correligionarios de Perú Posible.
Toledo piensa, nuevamente, cambiar de rumbo y encontrar nuevos horizontes con esta medida, cuando realmente el ha perdido el timón del barco llamado Perú; da la impresión que a él le importa un bledo la situación socioeconómica de nuestro alicaído país, de las personas que lo llevaron al poder, es que a caso la vaca no se acuerda cuando era ternero; aunque realmente si se ha de acordar, lo que pasa es que ahora encabeza un grupo oligárquico en donde lo fastuoso y la ufanía se mezclan para dar como resultado a un personaje con pasado bien autóctono en un señorito o en un Lord alienado producto de las demandas de su entorno social. Sin embargo, lo más recomendable es hacerle entender (no sé cómo) que nada dura para siempre, y que en algún momento los papeles se invertirán; y si esto lo trasladamos a la vida cotidiana que Usted amigo lector y yo llevamos pueda que no se parezca en casi nada a nuestra precaria e inope estilo de vida, pero con la gran diferencia que nosotros, los de modesta condición económica, no nos hacemos ricos con lo poco que tienen los pobres, y que al menos dormimos con nuestra conciencia tranquila (8 horas diarias aprox.) y que estamos más comprometidos a enrumbar nuestro querido barco, porque somos mayoría, porque viviremos aquí hasta que Dios nos recoja (y no fugar cobardemente) , y que somos mas de 26 millones de peruanos que apuntan a un objetivo: ver un Perú a la altura de los países desarrollados, y hagamos votos, por la salud de nuestro país, que un naufragio no sea el corolario de las apresuradas e impertinentes políticas de Estado que se realizan, esperemos (aunque a mi no me gusta esperar, pero este término se ajusta a esta situación) que las cosas vayan por buen camino.
Toledo piensa, nuevamente, cambiar de rumbo y encontrar nuevos horizontes con esta medida, cuando realmente el ha perdido el timón del barco llamado Perú; da la impresión que a él le importa un bledo la situación socioeconómica de nuestro alicaído país, de las personas que lo llevaron al poder, es que a caso la vaca no se acuerda cuando era ternero; aunque realmente si se ha de acordar, lo que pasa es que ahora encabeza un grupo oligárquico en donde lo fastuoso y la ufanía se mezclan para dar como resultado a un personaje con pasado bien autóctono en un señorito o en un Lord alienado producto de las demandas de su entorno social. Sin embargo, lo más recomendable es hacerle entender (no sé cómo) que nada dura para siempre, y que en algún momento los papeles se invertirán; y si esto lo trasladamos a la vida cotidiana que Usted amigo lector y yo llevamos pueda que no se parezca en casi nada a nuestra precaria e inope estilo de vida, pero con la gran diferencia que nosotros, los de modesta condición económica, no nos hacemos ricos con lo poco que tienen los pobres, y que al menos dormimos con nuestra conciencia tranquila (8 horas diarias aprox.) y que estamos más comprometidos a enrumbar nuestro querido barco, porque somos mayoría, porque viviremos aquí hasta que Dios nos recoja (y no fugar cobardemente) , y que somos mas de 26 millones de peruanos que apuntan a un objetivo: ver un Perú a la altura de los países desarrollados, y hagamos votos, por la salud de nuestro país, que un naufragio no sea el corolario de las apresuradas e impertinentes políticas de Estado que se realizan, esperemos (aunque a mi no me gusta esperar, pero este término se ajusta a esta situación) que las cosas vayan por buen camino.
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lolita -